Un plan diferente para un sábado, por huir de rutinas, de planes establecidos y de convencionalismos, o por si te ha fallado un plan y no te apetece quedarte en casa enfrascada en rutinas domésticas aburridisimas.
Proliferan en internet los grupos que organizan quedadas para múltiples actividades a los que nos incorporamos gente variopinta, pero normal.
El plan que en esta ocasión captó mi atención, fue una visita urbana por Madrid, a una zona, que si bien conocida, no había reparado en sus peculiaridades, ni prácticamente en su existencia. Se trata de parque de Berlín-Iglesia de los Mexicanos o Guadalupanos y la Colonia de viviendas de Primo de Rivera. Todo en un pañuelo. Resultó agradable de ver, conocer y compartir. El tiempo acompaño en esta mañana de sábado.
Éramos unas diez personas más nuestra guía, quién en un lenguaje asequible y cercano, sin abundar en aburridos datos, pero aportándo los interesantes, nos dío cumplida cuenta de la historia y contenido de los lugares que visitamos.
El Parque de Berlín, recibe ese nombre a pesar de estar situado en el una céntrica zona residencial de Madrid, por que la ciudad quiso agasajar, en una visita protocolaria en viaje oficial, al Canciller alemán en aquellos tiempos de los años 60-70, un 9 de Noviembre. Esta fecha, seguirá siendo icónica para el parque pues en sucesivas festividades del 9 de Noviembre, se fueron añadiendo elementos al parque, que hoy lo configuran como una zona de paseo y esparcimiento, con marcado carácter alemán. Pensamos ahora en el busto a Beethoven, con piano y todo que le sirve de base, incluso algunas notras de la Novena Sinfonía talladas en el granito, que a modo de partitura encabeza el teclado del piano. O por que no, y no menos importante, en los tres bloques de auténtico muro de Berlín, que con grafitis y todo, adornan la fuente principal del parque. Parque acogedor y ayer soleado, donde los niños y sus papas podían acudir a una representación de marionetas en un guiñol callejero, tomarse el aperitivo en las terrazas que abundaban, o simplemente pasear al perro, por sus múltiples calles y jardines. Y aunque no es primavera, la flora del parque hacia acto de presencia por doquier. Recomendamos la vista, al lado del Metro Concha Espina.
A la salida del Parque de Berlín, se encuentra la Iglesia de Los Mexicanos, una ambiciosa obra de hormigón, y vidrieras cuya combinación, no dejó de sorprendernos. Iglesia en la que el altar se sitúa en en El Centro del templo, para, alrededor situar a los feligreses, existiendo una pequeña capilla al fondo, dedicada a la Virgen de Guadalupe, motivo por el cual esta iglesia se denomina también Guadalupana. El templo es tan grande, que los oficios se realizan en la pequeña capilla que hay en la planta inferior, quedando la superior como mera zona de culto.
Personalmente, jamás se me habría ocurrido, construir una iglesia con hormigón, precisamente por sus peculiares características, y ausencia de estética del material de construcción, pero reconozco que los autores de la obra han sabido aprovechar sus caractrerísticas para conseguir un conjunto, pintoresco y llamativo, donde a plena luz de mediodía, y debido a la proyección sobre las vidrieras de La Luz a esa hora,se respira en el interior un ambiente de recogimiento, alegría y goce por vivir.
Y por último, la colonia de Primo de Rivera, con el Colegio de Santa Marca detrás, compuesto por casitas unifamiliares, contruídas en otra época como casas baratas en el extrarradio de Madrid, que hoy constituyen codiciados objetos de deseo, por la tranquilidad de la zona, las posibilidades rehabilitadoras de las edificaciones y la perfecta y céntrica ubicación. Por cierto, vimos algunas en venta.
Como broche final, aperitivo en una terraza soleada al lado De la Iglesia, donde intercambiando opiniones, cada uno sacaba , en silencio o en viva voz, conclusiones sobre si repetiría para otra ocasión, o no.
Ágata Piernas
10/3/2019