ZUMAIA.-
Tengo una amiga a la que no le gustan las piedras. Ella, a pesar de ser también perruna, no habría disfrutado de nuestra visita de hoy por la mañana, cosa que nuestro grupo de Guipúzcoa, si hizo. Ella se lo pierde. Con guía turístico, perros y nuestros pies, nos dirigimos desde el centro de la localidad de Zumaia, a las formaciones geológicas que se encuentran en su costa, muy cerquita de la ciudad, y que son sobradamente conocidas por conformar un geoparque declarado de interés internacional por la Unesco. Se conocen por el nombre alemán de los «flysch», que en ese idioma significa descender.
Constituyen formaciones rocosas, de formas y colores peculiares, que se han ido formando a los largo de 12o millones de años y que nos hablan, a los que los sepan interpretar, de cómo era la vida en nuestro planeta desde aquella época a la nuestra. Con la afortunada intervención de nuestra guía, pudimos comprender que nos encontrábamos en presencia de la historia biológica y geológica del planeta Tierra en directo, cuestión impactactante si tenemos en cuenta que en comparación con lo que estábamos viendo, nuestra propia vida, constituye una parte infinitesimal del espectáculo natural que teníamos delante. Y así, supimos por lo que los estratos rocosos nos contaban, que es cierta la teoría de que hace sesenta y cinco millones de años, un meteorito gigante de unos 14Km de diámetro, impactó sobre la Tierra, aniquilando por el propio impacto y sus consecuencias, un 75% de las especies existentes en la época, entre ellas los dinosaurios. La presencia de materiales en los estratos como el niquel o el iridio, propios del espacio y muy escasos en la Tierra, así lo confirman. Nuestro sabio planeta, se recuperó de ese gran caos, y de las especies que quedaron, surgieron por evolución, los mamíferos.
Otros estratos, más adelante, también nos indican que hace cincuenta y cinco millones de años, hubo un calentamiento global de la Tierra, similar al actual, del que la Tierra, igualmente se recuperó. Tras la crisis mencionada, surgieron los homínidos, nuestros parientes más lejanos.
Ello nos da que pensar cuando algunos de nuestros expertos, vaticinan el final del mundo con desastres naturales debidos al cambio climático que muchos dicen que ya padecemos. Probablemente también, y siguiendo sus antecedentes, la Tierra se recuperará y quizás, vuelva a pasar lo mismo que en estas épocas de las que nos hablan los estratofitos del geoparque de Zumaia, y una nueva especie se esté forjando ya, para adaptarse a las nuevas circunstancias. Los Flysch, se lo contrán a los seres venideros, aunque nosotros no estemos aquí ya para comprobarlo. Apasionante vida, por la huella que sabemos, dejaremos para la posteridad.
Al fin y al cabo, las piedras suelen ser testigos mudos del paso de la historia. Pero en este caso, llevan en su interior uno de los porqués de nuestra presencia en este planeta: la verdad biológica y con ella la respuesta a muchos de nuestro interrogantes. ¿ Y no os gustan las piedras? A mí, personalmente, me parecen apasionantes y las quiero.
Con cariño,
Ágata Piernas
22/07/2017
VIAJAMOS A GUIPUZCOA.-DÍA 1º-LLEGADA
Esta vez, no se trataba de una ruta de senderismo por la sierra madrileña, sino de algo mucho mejor: viaje de cinco días a Guipúzcoa con nuestros amigos perrunos.
El destino y dónde fijamos nuestro centro de operaciones es la pequeña, pero preciosa, localidad de Alkiza cuyas vistas desde el mirador son tan impresionantes como se observa en la fotografía, tomada a una hora temprana en la mañana de hoy.
Aquí nos reunimos un grupo de personas, cada uno con un perro ( o dos), para iniciar nuestras vacaciones. La casa rural Lete, antigüo caserón vasco, nos ha acogido a todos, gustosamente y la verdad es que hasta ahora, nuestros amigos peludos, se están portando. Tras la sorpresa inicial de los lugareños, al ver tanto humano y perro junto, han empezado a interesarse por sus razas, nombres y comportamiento, a lo que nosotros, sus amos, respondemos gustosamente.
Los lugares de procedencia, variados. La mayoría venimos desde Madrid, pero hay amigos que vienen desde Segovia, Zaragoza o Barcelona, para formar esta pandilla perruna que tanto da que hablar, y todo bueno, a su paso. La llegada, escalonada, y la cena en la taberna del pueblo, muy cordial, disfrutando todos de unas viandas de excelente calidad y muy bien cocinadas a un módico precio.
El viaje, ha sido cómodo pues las carreteras son excelentes ,aunque algo más largo de lo habitual. Tras las obligadas pausas para estirar piernas y patas y desocupar vejigas, hemos llegado a Alkiza, tras aproximadamente cinco horas de trayecto. Los últimos cinco kilómetros, los más bonitos, pues además de la cercanía del objetivo del viaje, la ascensión hasta la pedanía, ha sido como traspasar un túnel verde, dada la intensa y frondosa vegetación que bordeaba la carretera que lleva al pueblo.
El alojamiento, muy acogedor y armónico con el entorno, ya que su estilo rústico encaja perfectamente con la finalidad a la que se le ha destinado: hospedaje y desayuno en un entorno rural.
Nos llama la atención, la calidad de sus maderas en escaleras, suelos y muebles, todos ellos de estilo antigüo y rústico, los detalles en la decoración, con tapetes de ganchillo hecho a mano en las mesillas de noche, toallas bordadas en el baño y cortinillas en la pequeñas ventanas, simulando encaje de bolillo. Las colchas de las camas, blancas en suave contraste con la madera del armazón, hacen la estancia muy acogedora. Las zonas comunes, con cómodos sillones orejeros para ver la televisión o leer, y la gran mesa de comedor que todo el grupo compartimos a la hora del desayuno en el salón de la planta baja, hacen que la conviviencia, sea además de intensa, fácil.
No le faltan a la casona, notas de modernidad, como la posibilidad de conectarse a internet mediante wifi.
La primera noche aquí, y a pesar de los olores a campo y animales, que se cuelan por doquier, ha sido tranquila, La novedad para los perretes de compartir habitación, no ha sido un obstáculo para que su sueño, haya resultado reparador del cansancio del viaje y también tranquilo.
Al desayuno, no le faltó detalle. Desde la vajilla Bidasoa, hasta las viandas, recién preparadas y caseras. Té, café, leche de caserío o de brick a elegir, bollería y pan tostado, zumos y mantequilla y mermelada, hicieron de la primera comida de la mañana, todo un banquete. Necesitaríamos las fuerzas para sobrellevar adecuadamente lo que la organización nos tenía reservado para pasar el día, pero eso queda para el siguiente capítulo de esta serie de crónicas sobre el viaje de Trips&dogs a Guipúzcoa.
Con cariño,
Ágata Piernas
22/07/2017