Después de la abogacía, hay vida y otros temas sobre los que opinar, pensar, sentir y escribir. Algunos he querido compartirlos. Aquí están, junto con las ediciones anteriores de CON LA TOGA PUESTA, cada una correspondiente a una etapa vital. Escribo desde la soledad y los adentros. No pensando en ser leída, aunque algunos textos hayan sido publicados, sino más bien en sacar hacia afuera lo que me inquieta dentro.
La Estrella del Covid.-
LA ESTRELLA DE COVID.-
Contarán los supervivientes de la Pandemia Covid, que antes, durante y después del confinamiento, la protagonista, amén del número de contagios y muertos, que nunca llegaríamos a conocer con exactitud, fue ella. Ese triste pedazo de tela. Algunos lo negarán.
Tela u otros componentes más sofisticados que llegasen a justificar su precio en farmacia de 6,95€. Las mejores. Las más sencillas, eran más económicas pero claro, lo mismo no nos protegían lo suficiente.
De ahí derivó que las autoridades llegasen a ofrecer una gratuíta a todos los madrileños, la más eficiente, dijeron. Todavía resuenan las críticas de sus detractores.
Y así, poco a poco, se fue convirtiendo en un signo distintivo o estigmatizante.
Distintivo de lo que estás dispuesto a pagar por mantener a salvo tu salud, y estigmatizante porque si no lo pagas es porque lo has pasado, lo estás pasando o te importa un comino y sólo cumples el trámite, de cara a la galería.
Las hay también divertidas, y no sólo para los niños. Tela con estampados graciosos que animan, si no el rostro, la visión que los otros tienen de mi, con la boca y nariz tapadas. Estoy por comprarme una, aunque tenga que cambiar el filtro de carbono a diario. Aunque no me gusta tener la boca tapada, pero el caso es hacer más amena esta travesía.
Algunos, los más avispados, harán su Agosto. Los demás, hablaremos del tiempo.