VIVIENDO Y APRENDIENDO

 

Dicen, no sin cierto optimismo, que la vida empieza a partir de los cincuenta, que todo lo demás ha sido práctica.

También dicen, en especial de las mujeres, que a esa edad, y debido a nuestras personales circunstancias, más somos cincuentañeras que ciencuentonas, dando así un toque de «juventud» a esta edad madura.

¿Que opinamos las que hemos alcanzado tan mágica cifra?

Pues se piensa, y se piensa mucho. Se tiene la suficiente perspectiva de la vida como para poder hacer balance de los vivido y la suficiente energía como para tener proyectos de futuro. Y con esos ingredientes, añadidos a una coctelera y agitados con la necesaria madurez, dan como resultado personas con peso especifico propio, que pocos se atreven a ignorar.

A estos efectos, da igual que hayas sido esposa o no. Que hayas tenido hijos o no. Que hayas trabajado fuera de casa o no. Lo que importa y mucho, es que hayas exprimido los años que has vivido, porque ello trae como consecuencia la experiencia de la que haces gala.

Si has destacado en alguna de esas facetas, mejor que mejor, más fundada será tu experiencia. Pero como una cincuentañera no ha vivido en balde, su personal bagaje ahí está, independientemente de sus circunstancias particulares.

A esto hay que añadir, la sensibilidad que da la condición femenina y la intuición de la que las mujeres hacemos gala.

Con todo y con eso, somos fuertes porque hemos sobrevivido. Sabemos encarar los problemas, tal como van surgiendo y les damos solución. Somos generosas, increíblemente humanas y hemos experimentado la felicidad en estado puro en más de una etapa. Somos cómplices, empáticas, inquietas y consecuentes. Conocemos nuestros límites, pero no dejamos que nos los recuerden. Agradecidas y serenas. Y así, un sinfín de cualidades que cada una podría personalizar a su propio estilo.

Con semejante bagaje, nadie en su sano juicio osaría darnos de lado y el que lo intenta o lo lleva a cabo, no sabe lo que se pierde. Seguramente se arrepentirá en un futuro cercano.

Todas las que hemos alcanzado la mágica cifra, estamos dispuestas a escribir el segundo volumen de nuestra vida plenamente conscientes, con conocimiento de causa, con la ingenuidad justa y las armas necesarias para dejar huella.

Las que ya se han ido, no se han ido en vano. Su obra han dejado y aunque inconclusa, entre todas la terminaremos.

Por eso y por más, nunca debemos rendirnos.

Ágata Piernas

En Madrid, a 15 de Enero de 2017.

 

 

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