Y, entre susto y susto, la vida continúa y nos vamos centrando en nuestra alocada vida. Hoy aquí, mañana allí, pasado allá. Aunque cambiemos de escenario, siempre estamos juntos.
Tu equipaje, junto con el mío, viajan en nuestro coche para llevarnos donde realmente queramos ir. La próxima escapada, Navidad en Leon. Frío, quizás nieve, chimenea con leña de roble para amenizar esas tardes cortas de invierno, y comidas familiares. En restaurantes que ya son tradición, nos reuniremos en Nochebuena y Navidad. El resto de comidas, familiares o no, no faltarán. Amigos, ex-compañeros, alguna reunión de ex-trabajadores de aquel equipo maravilloso que pudo con casi todo. Y también, comidas en soledad, para desengrasar y hacer balance, que las vivencias serán muchas e intensas y hay que digerirlas, al igual que los extraordinarios víveres que nos esperan ( más a mi que a ti, que no saldrás de tu aburrido pienso y comida húmeda; aunque tal vez caiga algo de comida fresca, que por variar y por lo apetecible para ti, me propondré regalarte), cocina de autor, cuyo menú nos mantendrán en secreto hasta a última hora y un cordero lechal excelentemente cocinado al horno, donde acompañado por otras viandas, que harán las delicias de la familia, que mientras come, no habla. Y casi mejor, porque de chistes estamos escasos.
Mientras tanto, es la hora de la siesta de este domingo pre-navideño y aquí estamos, dormitando, juntos pero no revueltos. Tu al lado del ventanal, donde te gusta tumbarte de día y de noche, encima de tu ligero colchón. El fresquito que entra por las rendijas, te gusta y te ofrece ese contrapunto del calor de la calefacción, que te hace más llevaderos tus ratos de relax. También te gustan la luz de día y la iluminación nocturna, y poder asomar la cabeza entre las cortinas blancas para observar la calle y lo que allí acontece. No es extraño que, viendo algún perro que capte tu atencion, te dirijas raudo, desde el ventanal a la puerta de entrada, para de este modo intentar alcanzar algo, que de otro modo se te escaparía, por distancia y por tiempo.
Yo, mientras, tumbada, cuan larga soy, en el chaise lounge tapada con una suave manta gris, que a juego con el sofá, y debido al calor corporal que impide se escape, me ayuda a conciliar un sueño ligero pero reparador, muy de domingo. El resto del tiempo, me lo paso dormitando y brujuleando en redes sociales donde suelo colgar alguna foto reciente o darle un “Like” a algún amigo, conocido, o anónimo que consiga captar mi atención, mi solidaridad o admiración. Tal vez algún comentario, o contestarlo, si la circunstancia lo merece o compartir una publicación ajena que considere debe alcanzar mayor difusión.
Tal vez, me levante perezosa, para sentándome en el sillón giratorio y apoyada en la gran mesa de despacho, conecte la tablet o cualquier elemento que me permita escribir, ya con teclado, ya a mano, para relatar escenas que, sin mayor trascendencia, me hagan plasmar la sonrisa que mientras escribo preside mi rostro, al sentir un auténtico placer al poder materializar mediante un escrito, el placer que para mí supone estar escribiendo y describiendo una escena cotidiana en mí sencilla vida presente.
En Madrid, a 18 de Diciembre de 2022.
Agata Piernas.
EL ÚLTIMO SUSTO.-

Como nuestras vivencias juntos no dejan de sucederse, la última, de la cuál ya me he recuperado, casi acaba con nuestros huesos en Madrid para consultar a un veterinario que conociese a fondo las características de tu raza y sus posibles alteraciones. Por esta vez, no fue necesario.
Gracias a nuestro amigo de la escuela José Luis, colaborador con la Universidad de León y su Hospital Veterinario, nos plantamos allí, después que no se nos pudiese atender en otra clínica privada de León. Fuimos atendidos de urgencia.
El caso es que llevabas desde por la mañana con sangrado nasal y la causa era incierta. Eran sobre las cinco de la tarde y nos plantamos en el Hospital Veterinario donde la veterinaria de guardia, Rocio, te atendió maravillosamente. Te examinó, pautó analítica y una vez obtenidos los resultados se descartaron patologías graves. Vitamina K durante veinte días y revisión en una semana.
Nos presentamos a la convocatoria, y esta vez la internista Victoria, volvió a pautar analíticas más exigentes, ya que no dejabas de sangrar. Todos los resultados, que tardaron en llegar varios días, despejaron las peores sospechas.
El caso es que una vez terminado el tratamiento farmacológico, dejaste de sangrar. Hasta hoy. Ha pasado casi un mes.
Una vez agradecida la participación a todo el equipo, nos despedimos cordialmente, esperando fervientemente no necesitar otra vez sus servicios. Y confiando en volver a hacerlo, si las circunstancias lo requiriesen.
Este episodio, que no nos hubiese gustado tener que vivir, nos ha hecho darnos a conocer, relacionarnos y conocer profesionales que nos saquen las castañas del fuego, llegado el caso.
Ni que decir tiene, que como ya es sabido, llamas tanto la atención, que no faltaron gerifaltes que bajaran a mirar con muchísima discreción y un equipo de estudiantes privilegiados que estuvieron presentes cuando te hicieron tu ecografía. Colaboramos dejando que te viesen y ellos aplicaron todos sus conocimientos y experiencia para ayudar a descubrir el origen de tu problema.
Y todo esto, sin salir de casa como quien dice, ya que tus rutinas de paseo conmigo fue lo que provocaron tu sangrado nasal. La causa, sigue siendo incógnita. Aunque ya estamos mucho más avispados cuando salimos a la calle y nos encontramos con cristales o esquinas envenenadas de las que a ti te gusta lametear.
Ya quedaba lejos el anterior susto, tan lejano aquel mes de Mayo, cuando en nuestras vacaciones en al Costa da Morte, saltaste un muro de piedra de tres metros y te fuiste corriendo por los campos de una aldea gallega perdida en medio de la nada. Aquel Hórreo con escaleras y la tentación que para tu agilidad atrevimiento y osadía supuso el reto de saltar al suelo, del lado contrario del muro, puso mi corazón a prueba. Mi reacción, al no verte estrellado en el suelo con alguna pata rota, sino corriendo campo a través camino de la aldea, puso mis reflejos a prueba ,y gracias a tu educación y adiestramiento, conseguí, desde muy lejos que obedecieses a mi llamada. Si de algo me arrepiento, en aquella ocasión, fue de mi reacción al acercarte a mi para que te sujetase con la correa. En vez de felicitarte y deshacerme en mimos contigo, te reprendí. No entendiste nada. Yo ahora si. Jamás se me ocurrirá reprenderte de nuevo en una situación de sometimiento.
Que orgullosa estoy de tí, de lo que me aportas y del tiempo que compartimos. Me siento afortunada.

Agata Piernas
8/12/2022
APROBAMOS…

Mañana de domingo, Domingo de Resurrección en León para más señas, y con el aprobado bajo el brazo. Bonito regalo de segundo cumpleaños se me ocurre.
No ha sido fácil, pero se ha conseguido. Ha costado esfuerzo y constancia, y , sobre todo, la intervención de la naturaleza y el paso del tiempo que ha supuesto que al alcanzar los dos años de edad, la madurez y estabilidad de carácter que has experimentado, ha llegado a modo de regalazo añadido.
Nadie dijo que iba a resultar fácil, pero se puede conseguir y sobre todo mejorar, aunque la tarea lleve toda la vida, que es la opinión generalizada de los expertos, pero desde luego mucho más matizada y avanzando sobre lo ya conseguido, no partiendo de cero.
Para una dueña como yo, acostumbrada desde niña a otra raza, esencialmente perros pastores, el hecho de tener un galgo en casa ha supuesto un reto. Un galgo y no un galgo cualquiera. Uno con un marcado carácter, que teniendo todas las características de su raza tal como cuentan los libros, venía además con la impronta desde cachorro de una gran rebeldía que en ocasiones puso a prueba mi paciencia.
Ahora me atrevería a calificarte, cada vez más, como un perro obediente la mayor parte de las veces, que acude a la llamada solicito y raudo, moderadamente cariñoso con la gente y conmigo, que si sitúa a mi lado en un entorno conocido cuando paseas suelto sin que yo te llame, que come toda la ración y a su hora, que sabe su sitio en la casa y que sabe también a quien pertenece y quien manda. De todo ello me siento especialmente orgullosa.
Ello no quiere decir que tu instinto nos juegue malas pasadas, y que si se te cruza un gato, una cigueña o un corzo, no dudes en perseguirlos hasta la extenuación ladrando como un loco como si en ello te fuese la vida. Para no obtener ningún resultado, ya que tu territorio está vallado y no tienes acceso a ellos.
Ahora toca otra etapa en tu proceso personal de maduración. Etapa que nos cuesta iniciar pero que es preciso empezar, si queremos normalizar nuestra relación perruna. Manteniendo las distancias y jerarquías, cultivando tu necesidad de mi aún más, potenciando los rasgos de tu madurez y sobre todo, haciendo que la obligatoriedad de tu conducta hacia mi sea un elemento más en tu proceso de nota vital que es donde estamos. Todo ello potenciando que tu curiosidad innata se vea alimentada por nuevas y creativas estrategias que estimulen tu aprendizaje. Es mi compromiso vital por lo que dure tu estancia conmigo.
¡Que guapo estas con dos añazos y cómo te quiero!
Agata Piernas
17/04/2022
TU NECESIDAD DE MI.-

De lo que iba a ser en un principio, a lo que fue después hubo bastante diferencia.
De un paseo programado por la ciudad, acompañados de Daniela, a una visita a las instalaciones de Lupus Clan en Villabrázaro ( Zamora) para trabajar allí, junto con otros perros disciplinas básicas de adiestramiento, hay un cambio importante en nuestros planes.
Una mañana de domingo del mes de Julio, tras la propuesta aceptada de cambio de planes, te subiste solo al coche de un salto ( tarea en la que te prodigas últimamente; será que te gusta) y casi con el madrugón a cuestas, para evitar esos calores veraniegos, tomamos rumbo al sur.
El viaje programado más o menos para que durara una hora, siguió su curso sin incidentes. Fácil de localizar, aunque es un lugar remoto, es un lugar amplio y bien pensado para la finalidad a la que está destinado. Ya estaban todos allí cuando llegamos. Se sabían su papel, pues llevaban largos meses practicando, incluso años, y lo representan con soltura. Nosotros íbamos de nuevo e hicimos lo que se nos mandó. A eso fuimos. A ser evaluados.
No faltó, a modo de espontáneo, uno de los gatos de la finca que hizo su aparición en el momento más inesperado. Tu instinto cazador, que sobresalió en esa jornada, y la sorpresa, hizo que te pusieras en el disparador. No es extraño, pues se trataba de campo abierto, con animales salvajes que dejan sus rastros en la noche y que sorprenden al fino olfato del cazador por la mañana, y que sigue su rastro hasta dar con ellos. Pero el gato, programado para estas cuestiones, te hizo salir en estampida en su persecución, pegando un fuerte tirón al brazo del instructor y clavándote la cadena de adiestramiento en el cuello, lo que hizo que te frenases en seco después de un seco grito de “NO”.
Continuaron los ejercicios de obediencia y jerarquía, que dejaron en el instructor alguna duda que se aclaró al final de la jornada. Después los de socialización, en los que estuvimos brillantes y de los que hay prueba documentada. Y una vez finalizados, pasamos a la fase de comentarios.
Pues, “mi amor perruno” después de dejarnos ver, saqué la conclusión, junto con Daniela, que hemos evolucionado rápida y favorablemente, debido a nuestra constancia y aplicación, que ya no eres el chulazo que eras, aunque sigues teniendo tus ramalazos (parece ser que forma parte de tu carácter) y que debido a tu dominancia es muy fácil caer en el sometimiento contigo, por lo que hay que estar precavida y alerta. Que nos falta práctica juntos, lo que resulta bastante obvio y que tu talón de Aquiles es la llamada, ósea, que no haces caso cuando se te reclama.
Tuve que defenderme/defenderte y a modo de alegato, decir que los de tu raza sólo acudís un 25% de las ocasiones en las que se os llama. Fue vehemente y convincente y creo que no nos tildaron de locos, ni a mí por dar cifras, ni a tí por tu pasotismo, y por pretender salir en libertad a dar un paseo por donde te venga en gana. Ahí quedó la cosa. Eso sí, con la convicción de que hay siempre algo mejorable, y con el propósito de trabajar cuestiones como tu necesidad de mi. En ello estamos.
Dimos las gracias y nos fuimos, rememorando a la vuelta las vivencias que como duo protagonizamos.
Al día siguiente, una vez asimilada la jornada anterior, ya pensábamos en otra etapa, diferente a nuestra preparación y más cercana a tu propio lucimiento. Ahí ya, únicamente soy una actriz secundaria.
Agata Piernas
21/07/2021
ENTRE PROFESIONALES…

Aquellas noches de sueño interrumpido, pasaron a la historia. Aquellas rebeldías exacerbadas y tus trastadas descomunales, también. Hoy ya se puede contar, antes no, pues me parecía una situación poco menos que irreversible. Llegué a pensar lo peor.
Mi sensación de culpa por no atenderte bien, se difuminó al mismo tiempo que los hizo mi mal humor. Ahora sé, que la pandemia y sus brutales confinamientos autoimpuestos, también te afectaron a tí. A tu carácter que estaba en formación y a tu capacidad de relacionarte con tus congéneres, oportunidad de la que ambos nos vimos privados.

Afortunadamente pudimos cogerlo a tiempo. Unos días más y se nos hubiera escapado de las manos, en tu caso.Y estas palabras no son mías, sino de la artífice de tu restablecimiento, que junto con mi paciente y seria colaboración ha conseguido que ahora mismo estes tumbado a mis pies, tranquilo, en vez de mordiendo muebles. La maga se llama Daniela y conocimientos y experiencia en comportamiento animal, le sobran. Nuestro caso, así lo acredita.
Fue un día lluvioso cuando vino a visitarnos. La visita estuvo a punto de suspenderse. Ese día llovía con intensidad. Finalmente vino y menos mal. Agradecimiento es lo que tengo para esta enorme profesional, que ha hecho que nuestra convivencia haya cambiado de forma radical y sea ahora muy aceptable, con el consiguiente aumento de nuestra calidad de vida. Gracias Daniela.

Te vió, te observó y enseguida te caló. Y con un par de toques, a los que te revolviste sin compasión, te puso en tu sitio y empezaste a comportarte como lo que eres, un perro, situación ésta, que no parecías tener muy clara ni asumida.
Nos puso en tratamiento. Cambiaste los esquemas mentales y estás portándote como un perro civilizado desde hace tiempo. Han transcurrido casi tres meses y los resultados son notables.
Bajo su control y con mucha paciencia y determinación, hemos obtenido grandes cambios de los cuales hoy nos sentimos orgullosas. Aspectos mejorables hay, pero son menores. Todavía seguimos trabajando en ellos, pero ya con una base que al principio era inexistente. Esto hace que todo sea mucho más sencillo.
Como complemento, asistimos a clases de adiestramiento canino el Club que nos ha recomendado, que es cercano y cordial. Seriedad y constancia, hacen que las lecciones explicadas, y ejecutadas con corrección allí, sean practicadas en casa para formar hábitos indelebles en tu conducta.

Todavía nos quedan algunos aprendizajes, seguro que fructíferos.
Y esta ha sido la peor parte de tu existencia, aunque no se nota porque lo hemos llevado francamente bien.
Los profesionales y nuestro trabajo, continúan dando sus frutos, y esto llegará hasta donde nosotros queramos. Seguramente en una convivencia mucho más intensa que hasta ahora, en una vivienda o similar, tal vez lejos de aquí. O no.
Te quiero tanto.
Agata Piernas
25/6/21
EN MIS SUEÑOS-AMOR PERRUNO-
El madrugón importante de hoy, me podría hacer pensar en asesinarle, sobre todo por lo súbito de mi despertar, que ni un despertador digital lo hubiera hecho mejor que él con sus ligeros ladridos antes de amanecer. Me hace, a veces, perder el control. Aunque bien entendido, tal vez debería darle las gracias. Es temprano, todo están silencio y puedo aprovechar para escribir. Mal consuelo.
Hijo de la pandemia, durante el horrible confinamiento de la primera ola, fue la principal ilusión que me mantuvo viva. La confirmación de su existencia desde antes de nacer, hasta finalmente ver la luz perfectamente formado y vivo, fue el primer pensamiento del día durante los dos primeros meses. Los preparativos para su llegada, sin que faltase detalle, fue también tarea ilusionante, aunque todo esto tuvo importancia relativa, en comparación con cuando finalmente le ví, en su jaula, en la puerta de mi portal. Allí fue donde le liberé, con mucho cuidado, de su pequeña prisión temporal. Y así, agarrado con mi mano izquierda y apoyado en mi brazo, ya en total libertad, fue cómo entró en mi vida, de lleno, sintiendo mis latidos y colmó con su presencia las ganas reprimidas de conocerle y percibirle con todos los sentidos. Esta semana ha cumplido once meses.
De carácter, un torbellino, no sólo por cachorro, sino también por travieso, rebelde y terco. Suele conseguir de mi lo que se propone, aunque voy marcando límites para mantenerlo a raya. Me cuesta. Lo de esta madrugada es sólo una muestra. Veremos lo que nos depara el día. Va madurando, pero lentamente.

Dicho esto, es su estética ya casi de adulto, lo que me tiene prendada. Su porte elegante y sutil, como todo galgo. Su pelo largo y negro, todavía de cachorro, que se mueve al aire al compás de sus zancadas, es un atributo que le embellece sobremanera, y bien cuidado le hace y hará ser centro de atención y de miradas extrañas que él agradece orgulloso. Sus ojos oscuros, límpidos y nobles, permanecen hoy ocultos tras su, todavía, flequillo juvenil.

Y que decir de su carrera. Si en reposo es un bellísimo animal, en movimiento lo es más. Verle correr, es todo un goce para los sentidos. Su elasticidad, que le hace plegarse y estirarse con sus patas a todo lo que da, de zancadas largas y plásticas, es un espectáculo. Y si a esto se añade que su pelo le acompaña en cada uno de sus movimientos, el resultado es quedarse anonadada mirándole mientras corre, intentando a veces captar éstos movimientos con la cámara del móvil y si no, reteniendo en la memoria la imagen extraordinaria que mis ojos acaban de captar.
Mi perro es un regalo de la vida, aunque en la vida en común, en el día a día, a veces, no sepa verlo, ni entenderlo. Aún así, le quiero.
Ágata Piernas
8/3/2021.
HISTORIA DE UN BESO.-
Me gustaría decir que soy de beso rápido, que no fácil, pero no es así. En general, me gusta preparar el momento, crear el ambiente o desearlo realmente. Que sea el momento o que esté tan encarrilado que no quede otra opción y que de no producirse, todo pareciera un poco raro y confuso. Que haya complicidad, pues un beso, casi siempre, es cosa de dos.
Me refiero al beso humano, no al que doy a mi perro o él me da, o yo misma me doy en la mano suavemente para demostrarme el afecto que me tengo, cuando creo que lo necesito.
Y ese beso, ¡ ay !, si no hay confianza, cuanto me cuesta. Y observo a mi alrededor, en la calle y en la vida, y esto ya no es así. Con lo cual, me siento en franca desventaja. ¡Y mira que lo necesito!… con todo este confinamiento, que me tiene aislada lejos del la civilización y de la posibilidad de ese beso sincero.
Y el caso que hoy nos trae aquí, la historia de un beso. Ese beso confinado que es el más demandado, el más necesario y el más complicado de dar por riesgo a cometer una infracción de las normas COVID. Pues ese beso, que no es falta si eres conviviente, se convierte en infracción si quedas para que te lo den o darlo, amén del riesgo de que un conocido, amigo o noviete, pueda contagiarte algo que ni siquiera sepa que tiene. No digamos de un desconocido con el que contactaste por Redes Sociales. Uf, se me quitan las ganas, en serio.
Pero la situación, tan llena de misterio, se presta a imaginar, si ese radical posicionamiento es el tuyo. Y no sólo por seguridad propia, sino también ajena (si convives con padres octogenarios que están en edad de riesgo, que te han acogido y con los que no quisieras ser desagradecida, como es el caso).
E imaginas aquellos tiempos remotos del primer beso, o de los besos que quedaron pendientes, que son los que calan todavía hasta los huesos.Y se te dibuja una sonrisa en el rostro que te transporta a otro tiempo y otras circunstancias, que desde un teclado puedes manejar a tu antojo, para así recibir, no uno, sino mil besos tiernos y blandos, sutiles y cálidos. Besos que presagian más besos, y esos, otras caricias que te hacen sentir apetecible, deseada y colmada.
Imaginación, poderosa herramienta…
Mientras, por la calle, pasa una bicicleta con un casi imperceptible zumbido. Los pajarillos cantan en este día primaveral y, el sol empieza a acariciar la piel con su ligero calor, mientras la luz inunda cada vez más horas del día.
Y una piensa…¿estaré obrando bien?
Ágata Piernas
5/03/2021
VIERNES DE PANDEMIA.-

Amanecía, con el sol asomando entre brumas tras los altos chopos del soto. Acompañó a su mascota en el paseo matutino por el jardín de la casa, con el frío amoldándose todavía al rostro. Tras su tiempo de rigor, volvieron a la casa. Solazado el perro, desayunados y solos en la estancia, organizaría la jornada plasmando en un papel las tareas del día.
No eran pocas, aunque las largas horas de día, ya crecientes, harían que se multiplicaran. Todo el tiempo de luz sería insuficiente, pues, aunque completadas las previstas, siempre surgirán otras que, encadenadas a aquellas, las completarían, y harían de ellas objetivos mas amplios y satisfactorios. Tareas creativas y delicadas, que acompañarían su soledad y conseguirían que al día siguiente, siguiese la ilusión por esa tarea bien hecha.
Viernes de pandemia, autoconfinamiento y sol, ya casi primaveral. Con su luz tamizada todavía a estas horas, el día auguraba una jornada de jardín, campo y exterior, cálido y luminoso. Aunque con tanta tarea, el final del día, no fuera exactamente así.
La vacunación anunciada vaticinaba el fin de este universo, equilibrado, solitario y sutil. Etapa pendiente, sobre cuyo ocaso no podía dejar de plantearse interrogantes.
Agata Piernas
26/2/2021
CUENTOS CAUTIVOS.-
Editorial, Caligrama, 2021.
Páginas, 161.
Ágata Piernas, Ana Inarejos, Antonina Lopez-Bravo, Carolina Lancho, Corina Yllera, Joaquin González, Susana Alvarez-Buylla, Teresa Zamanillo.
Precio 15€

Estos cuentos han sido escritos por un grupo de ocho personas, que en octubre de 2019, coincidieron en un taller de Escritura de Autoconocimiento, coordinado por el escritor y psiquiatra Jose Carlos Somoza, en una prestigiosa Escuela de Escritura de Madrid.
Ninguno podíamos imaginar, que después de unos meses, un “ Cisne Negro” devendría en una de las experiencias más intensas a nivel emocional y creativo. El resultado son estos relatos, a caballo entre la literatura, el ensayo y el grito. Una obra heterogénea de ocho autores noveles larvada en los meses del primer confinamiento por la pandemia. Un conjunto de personalidades distintas, pero una sola voz bajo el paraguas de la literatura.
Esta es, con alguna modificación, la presentación que del contenido de los relatos, hacemos en la pestaña delantera del libro.
Nuestro profesor, José Carlos Somoza, firma el prólogo. Y el contenido, es intenso, vibrante, íntimo y seductor. Cuentos Cautivos que nacen para cautivar.
Estoy segura que los lectores se sentirán identificados con lo que los textos expresan, pues fue una situación que nos afectó a todos. La canalización que nosotros hicimos, de aquellos novedosos acontecimientos, fue original y positiva.
“Ya no había nada tan claro para ella como sus propias vivencias. Pensaba ahora en su edad adulta, en aquellos días de transformación en los que todo parecía venirse abajo. Eso la mantenía en pie, paradójicamente a lo que muchos creyeron. Al fin y al cabo, sus experiencias eran pilares sólidos sobre los que íntimamente asentarse. Y tan personales y propios que era imposible compartirlos. Intransferibles, como el DNI.”.
Agata-15 de Marzo.
Agata Piernas
14/02/2021
El Concurso del Beso.-
Nos convocan de la Escuela de Escritores para escribir o crear con imágenes o vídeo una historia corta sobre un beso. Añadiendo la segunda opción, con las mismas posibilidades creativas, un beso de película.
Se trataría de un concurso, en el que se premiaría, económicamente de manera simbólica, el relato o creación seleccionados.
Pues mira tú por donde, que habiendo estado bloqueada para escribir durante algún tiempo, el tema me ha motivado y me he puesto a escribir de forma fluída.
Desde luego que la imaginación es una poderosa herramienta, pero si además lo mezclas con vivencias, la inspiración puede ser infinita.
Y en ello estamos, recopilando besos notorios, que nos hagan la boca agua, transmitan pasión, sentimiento y ganas de vivir. Besos de colores, que nos tiñan de la luz vibrante que portan, para que cada día de invierno, corto, oscuro, sombrío y monocorde, ostente su propio carácter ante nuestros sentidos que se despiertan aliviados.
Para poder demostrarnos que seguimos vivos, llenos de savia nueva que pugna por emerger. O quizás, sangre renovada que regando cada célula añeja, nos revitalice con sus retoños, creando un nuevo ser, libre de impurezas y lacras de otro tiempo, que pesando en el pasado, se vayan con las primeras lluvias, dejando atrás hombros cargados por el peso vital, y fuerza viva para caminar ligeros, sin lastres o sólo con los necesarios.
Todo eso, es un beso. Para mi, ahora. Se admiten voluntarios.
Agata Piernas
31/01/2021