Y, entre susto y susto, la vida continúa y nos vamos centrando en nuestra alocada vida. Hoy aquí, mañana allí, pasado allá. Aunque cambiemos de escenario, siempre estamos juntos.
Tu equipaje, junto con el mío, viajan en nuestro coche para llevarnos donde realmente queramos ir. La próxima escapada, Navidad en Leon. Frío, quizás nieve, chimenea con leña de roble para amenizar esas tardes cortas de invierno, y comidas familiares. En restaurantes que ya son tradición, nos reuniremos en Nochebuena y Navidad. El resto de comidas, familiares o no, no faltarán. Amigos, ex-compañeros, alguna reunión de ex-trabajadores de aquel equipo maravilloso que pudo con casi todo. Y también, comidas en soledad, para desengrasar y hacer balance, que las vivencias serán muchas e intensas y hay que digerirlas, al igual que los extraordinarios víveres que nos esperan ( más a mi que a ti, que no saldrás de tu aburrido pienso y comida húmeda; aunque tal vez caiga algo de comida fresca, que por variar y por lo apetecible para ti, me propondré regalarte), cocina de autor, cuyo menú nos mantendrán en secreto hasta a última hora y un cordero lechal excelentemente cocinado al horno, donde acompañado por otras viandas, que harán las delicias de la familia, que mientras come, no habla. Y casi mejor, porque de chistes estamos escasos.
Mientras tanto, es la hora de la siesta de este domingo pre-navideño y aquí estamos, dormitando, juntos pero no revueltos. Tu al lado del ventanal, donde te gusta tumbarte de día y de noche, encima de tu ligero colchón. El fresquito que entra por las rendijas, te gusta y te ofrece ese contrapunto del calor de la calefacción, que te hace más llevaderos tus ratos de relax. También te gustan la luz de día y la iluminación nocturna, y poder asomar la cabeza entre las cortinas blancas para observar la calle y lo que allí acontece. No es extraño que, viendo algún perro que capte tu atencion, te dirijas raudo, desde el ventanal a la puerta de entrada, para de este modo intentar alcanzar algo, que de otro modo se te escaparía, por distancia y por tiempo.
Yo, mientras, tumbada, cuan larga soy, en el chaise lounge tapada con una suave manta gris, que a juego con el sofá, y debido al calor corporal que impide se escape, me ayuda a conciliar un sueño ligero pero reparador, muy de domingo. El resto del tiempo, me lo paso dormitando y brujuleando en redes sociales donde suelo colgar alguna foto reciente o darle un “Like” a algún amigo, conocido, o anónimo que consiga captar mi atención, mi solidaridad o admiración. Tal vez algún comentario, o contestarlo, si la circunstancia lo merece o compartir una publicación ajena que considere debe alcanzar mayor difusión.
Tal vez, me levante perezosa, para sentándome en el sillón giratorio y apoyada en la gran mesa de despacho, conecte la tablet o cualquier elemento que me permita escribir, ya con teclado, ya a mano, para relatar escenas que, sin mayor trascendencia, me hagan plasmar la sonrisa que mientras escribo preside mi rostro, al sentir un auténtico placer al poder materializar mediante un escrito, el placer que para mí supone estar escribiendo y describiendo una escena cotidiana en mí sencilla vida presente.
En Madrid, a 18 de Diciembre de 2022.
Agata Piernas.
Visita urbana por Madrid.
Un plan diferente para un sábado, por huir de rutinas, de planes establecidos y de convencionalismos, o por si te ha fallado un plan y no te apetece quedarte en casa enfrascada en rutinas domésticas aburridisimas.
Proliferan en internet los grupos que organizan quedadas para múltiples actividades a los que nos incorporamos gente variopinta, pero normal.
El plan que en esta ocasión captó mi atención, fue una visita urbana por Madrid, a una zona, que si bien conocida, no había reparado en sus peculiaridades, ni prácticamente en su existencia. Se trata de parque de Berlín-Iglesia de los Mexicanos o Guadalupanos y la Colonia de viviendas de Primo de Rivera. Todo en un pañuelo. Resultó agradable de ver, conocer y compartir. El tiempo acompaño en esta mañana de sábado.
Éramos unas diez personas más nuestra guía, quién en un lenguaje asequible y cercano, sin abundar en aburridos datos, pero aportándo los interesantes, nos dío cumplida cuenta de la historia y contenido de los lugares que visitamos.
El Parque de Berlín, recibe ese nombre a pesar de estar situado en el una céntrica zona residencial de Madrid, por que la ciudad quiso agasajar, en una visita protocolaria en viaje oficial, al Canciller alemán en aquellos tiempos de los años 60-70, un 9 de Noviembre. Esta fecha, seguirá siendo icónica para el parque pues en sucesivas festividades del 9 de Noviembre, se fueron añadiendo elementos al parque, que hoy lo configuran como una zona de paseo y esparcimiento, con marcado carácter alemán. Pensamos ahora en el busto a Beethoven, con piano y todo que le sirve de base, incluso algunas notras de la Novena Sinfonía talladas en el granito, que a modo de partitura encabeza el teclado del piano. O por que no, y no menos importante, en los tres bloques de auténtico muro de Berlín, que con grafitis y todo, adornan la fuente principal del parque. Parque acogedor y ayer soleado, donde los niños y sus papas podían acudir a una representación de marionetas en un guiñol callejero, tomarse el aperitivo en las terrazas que abundaban, o simplemente pasear al perro, por sus múltiples calles y jardines. Y aunque no es primavera, la flora del parque hacia acto de presencia por doquier. Recomendamos la vista, al lado del Metro Concha Espina.
A la salida del Parque de Berlín, se encuentra la Iglesia de Los Mexicanos, una ambiciosa obra de hormigón, y vidrieras cuya combinación, no dejó de sorprendernos. Iglesia en la que el altar se sitúa en en El Centro del templo, para, alrededor situar a los feligreses, existiendo una pequeña capilla al fondo, dedicada a la Virgen de Guadalupe, motivo por el cual esta iglesia se denomina también Guadalupana. El templo es tan grande, que los oficios se realizan en la pequeña capilla que hay en la planta inferior, quedando la superior como mera zona de culto.
Personalmente, jamás se me habría ocurrido, construir una iglesia con hormigón, precisamente por sus peculiares características, y ausencia de estética del material de construcción, pero reconozco que los autores de la obra han sabido aprovechar sus caractrerísticas para conseguir un conjunto, pintoresco y llamativo, donde a plena luz de mediodía, y debido a la proyección sobre las vidrieras de La Luz a esa hora,se respira en el interior un ambiente de recogimiento, alegría y goce por vivir.
Y por último, la colonia de Primo de Rivera, con el Colegio de Santa Marca detrás, compuesto por casitas unifamiliares, contruídas en otra época como casas baratas en el extrarradio de Madrid, que hoy constituyen codiciados objetos de deseo, por la tranquilidad de la zona, las posibilidades rehabilitadoras de las edificaciones y la perfecta y céntrica ubicación. Por cierto, vimos algunas en venta.
Como broche final, aperitivo en una terraza soleada al lado De la Iglesia, donde intercambiando opiniones, cada uno sacaba , en silencio o en viva voz, conclusiones sobre si repetiría para otra ocasión, o no.
Ágata Piernas
10/3/2019
SOROLLA Y LA MODA en THYSSEN Y CASA MUSEO.-
La exposición conjunta,en ambas sedes, que está teniendo lugar estos días en Madrid, nos acerca, además de la pintura del maestro SOROLLA que es siempre un privilegio contemplar, también la moda imperante en la España de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
La fama que conocemos hoy de Joaquín Sorolla como retratista, se pone en esta muestra más en evidencia si cabe, al presentarnos muestras de su obra que plasman reyes y reinas, nobles y aristócratas y alta burguesía, junto con gente corriente de la sociedad, que adquieren relevancia al ser plasmada en escenas pictóricas de su vida cotidiana, cual si de una instantánea se tratara, vestidos con las ropas de la época más exclusivas y elegantes, que duplican la información de cada cuadro.
No sólo nos acerca la moda de la época en sus retratos, sino que además nos plasma su interés propio por esta manifestación cultural. Sorolla procede de una familia cuyo padre era comerciante de telas y en sus origenes se encuentra el gérmen de este interés, para pasar despúes, a través de sus viajes a París, a implicarse e implicar a su mujer Clotilde y más tarde a sus dos hijas en el gusto por su lucir modelos exclusivos a medida que se posicionaba más alto en la sociedad debido al reconocimiento progresivo de su obra.
Su esposa y musa Clotilde, es la que concentra la mayor parte de la atención. También su hija Elena. Pero no sólo, también el rey, las reinas, damas de la aristocracia y esposas de burgueses y gente corriente que capta en escenas de la vida cotidiana, que visten prendas y complementos reflejo de su status y posicionamiento social, que atraen poderosamente la atención del pintor, en diversos ambientes: playa, fiestas y eventos, escenas de paseo, cafés y otras escenas de vida social.
Respecto a las prendas con la que los retrata, desatacan exclusivos modelos de diseñadores de la época como el Delfos de Fortuny, pero también trajes negros de ceremonia o de luto, junto con sus complementos como la mantilla española y peinetas, abanicos, guantes largos y sombreros enormes con plumas, preciosos zapatos y broches.
Sin embargo Joaquín Sorolla muestra en la exposición su pledilección por los trajes en los que domina el blanco:trajes de verano, trajes para ir a la playa, y ropa de fiesta en color claro. Tampoco le son ajenos los trajes de novia de la época, exquisitmente elaborados y lucidos por sus protagonistas con orgullo. Con ello consigue reflejar la luz que tan característica es en sus creaciones.
Marco incomparable y excelente idea, no sólo celebrar la exposición en la magnificencia del Museo Thyssen, sino también en la Casa-Museo Sorolla, dónde el ambiente está tan logrado que en cualquier momento se espera que puedan aparecer cualquiera de sus hijas e incluso Clotilde, descendiendo por la escalinata para recibir invitados o preparar alguna fiesta de celebración.
Un privilegio haber podido acudir a ambas en directo.
Ágata Piernas
11/3/2018.
AGRICULTURA ECOLÓGICA:UNA TENDENCIA QUE MUEVE MASAS.-
Algunos la conocemos porque era lo que hacían nuestros ancestros para su subsistencia, en los pueblos del norte de España. Otros la conocerán de nuevas, después de la fiesta que anoche tuvo lugar en la antigüa Tabacalera de Madrid. Otros, no tan ancestrales, porque la practican desde hace tiempo y han querido darla a conocer al gran público, y apoyarla organizando un evento para recaudar fondos que la abastezcan en sus múltiples necesidades, puesto que consideran que es un patrimonio inmaterial que merece mucho la pena.
La agricultura ecológica y su fiesta, congregó a gran numero de participantes que comieron y bebieron productos propios y bailaron, con toda la naturalidad del mundo pero sin estridencias, en los varios conciertos que tuvieron lugar en el recinto a lo largo de la jornada.
El recinto, cedido gratuitamente de manera permanente a la asociación para sus reuniones y quehaceres, recogió en su patio central y laterales, el evento al que asistimos.
Con una organización impecable, y gran educación y buenos modales de los visitantes se hicieron colas para acceder a los tickets que daban acceso a los deliciosos platos fríos, vegetarianos y veganos, preparados con productos de la huerta, para poner en común con los invitados su buen hacer culinario, dando satisfación a los estómagos más limitados y exigentes ( sin lactosa y sin gluten), hasta los más voraces, entre los que me incluyo, que paladearon con gusto todos los diferentes platos y postres, que por el módico precio de 1€ por ración, se pudieron adquirir, quedando la recaudación, que creo que no fuera poca, en su totalidad destinada a la causa que nos reunió.
Lo que vino después del yantar, fue que nuestro anfitrión nos sirvió de guía para una visita turística por el recinto, dónde lo que vimos no dejó de sorprendernos, aunque no debería haberlo hecho: una impresionante galería de arte urbano, que con gran creatividad e ingenio, adornaba los sótanos de la edificación. Dejamos algunas muestras gráficas para conocimiento general
Prometimos, antes de irnos, aceptar la invitación de nuestro compañero para visitar el huerto que la asociación tiene en la cercana localidad de Chinchón, dónde sin duda, además de dar testimonio de lo que veamos, echaremos una mano a tan saludable causa.
Ágata Piernas
25/2/2018