Algunos la conocemos porque era lo que hacían nuestros ancestros para su subsistencia, en los pueblos del norte de España. Otros la conocerán de nuevas, después de la fiesta que anoche tuvo lugar en la antigüa Tabacalera de Madrid. Otros, no tan ancestrales, porque la practican desde hace tiempo y han querido darla a conocer al gran público, y apoyarla organizando un evento para recaudar fondos que la abastezcan en sus múltiples necesidades, puesto que consideran que es un patrimonio inmaterial que merece mucho la pena.
La agricultura ecológica y su fiesta, congregó a gran numero de participantes que comieron y bebieron productos propios y bailaron, con toda la naturalidad del mundo pero sin estridencias, en los varios conciertos que tuvieron lugar en el recinto a lo largo de la jornada.
El recinto, cedido gratuitamente de manera permanente a la asociación para sus reuniones y quehaceres, recogió en su patio central y laterales, el evento al que asistimos.
Con una organización impecable, y gran educación y buenos modales de los visitantes se hicieron colas para acceder a los tickets que daban acceso a los deliciosos platos fríos, vegetarianos y veganos, preparados con productos de la huerta, para poner en común con los invitados su buen hacer culinario, dando satisfación a los estómagos más limitados y exigentes ( sin lactosa y sin gluten), hasta los más voraces, entre los que me incluyo, que paladearon con gusto todos los diferentes platos y postres, que por el módico precio de 1€ por ración, se pudieron adquirir, quedando la recaudación, que creo que no fuera poca, en su totalidad destinada a la causa que nos reunió.
Lo que vino después del yantar, fue que nuestro anfitrión nos sirvió de guía para una visita turística por el recinto, dónde lo que vimos no dejó de sorprendernos, aunque no debería haberlo hecho: una impresionante galería de arte urbano, que con gran creatividad e ingenio, adornaba los sótanos de la edificación. Dejamos algunas muestras gráficas para conocimiento general
Prometimos, antes de irnos, aceptar la invitación de nuestro compañero para visitar el huerto que la asociación tiene en la cercana localidad de Chinchón, dónde sin duda, además de dar testimonio de lo que veamos, echaremos una mano a tan saludable causa.
Ágata Piernas
25/2/2018