SOROLLA Y LA MODA en THYSSEN Y CASA MUSEO.-

La exposición conjunta,en ambas sedes, que está teniendo lugar estos días en Madrid, nos acerca, además de la pintura del maestro SOROLLA que es siempre un privilegio contemplar, también la moda imperante en la España de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

La fama que conocemos hoy de Joaquín Sorolla como retratista, se pone en esta muestra más en evidencia si cabe, al presentarnos muestras de su obra que plasman reyes y reinas, nobles y aristócratas y alta burguesía, junto con gente corriente de la sociedad, que adquieren relevancia al ser plasmada en escenas pictóricas de su vida cotidiana, cual si de una instantánea se tratara, vestidos con las ropas de la época más exclusivas y elegantes, que duplican la información de cada cuadro.

No sólo nos acerca la moda de la época en sus retratos, sino que además nos plasma su interés propio por esta manifestación cultural. Sorolla procede de una familia cuyo padre era comerciante de telas y en sus origenes se encuentra el gérmen de este interés, para pasar despúes, a través de sus viajes a París, a implicarse e implicar a su mujer Clotilde y más tarde a sus dos hijas en el gusto por su lucir modelos exclusivos a medida que se posicionaba más alto en la sociedad debido al reconocimiento progresivo de su obra.

Su esposa y musa Clotilde, es la que concentra la mayor parte de la atención. También su hija Elena. Pero no sólo, también el rey, las reinas, damas de la aristocracia y esposas de burgueses y gente corriente que capta en escenas de la vida cotidiana, que visten prendas y complementos reflejo de su status y posicionamiento social, que atraen poderosamente la atención del pintor, en diversos ambientes: playa, fiestas y eventos, escenas de paseo, cafés y otras escenas de vida social.

Respecto a las prendas con la que los retrata, desatacan exclusivos modelos de diseñadores de la época como el Delfos de Fortuny, pero también trajes negros de ceremonia o de luto, junto con sus complementos como la mantilla española y peinetas, abanicos, guantes largos y sombreros enormes con plumas, preciosos zapatos y broches.

Sin embargo Joaquín Sorolla muestra en la exposición su pledilección por los trajes en los que domina el blanco:trajes de verano, trajes para ir  a la playa, y ropa de fiesta en color claro. Tampoco le son ajenos los trajes de novia de la época, exquisitmente elaborados y lucidos por sus protagonistas con orgullo. Con ello consigue reflejar la luz que tan característica es en sus creaciones.

Marco incomparable y excelente idea, no sólo celebrar la exposición en la magnificencia del Museo Thyssen, sino  también en la Casa-Museo Sorolla, dónde el ambiente está tan logrado que en cualquier momento se espera que puedan aparecer cualquiera de sus hijas e incluso Clotilde, descendiendo por la escalinata para recibir invitados o preparar alguna fiesta de celebración.

Un privilegio haber podido acudir a ambas en directo.

Ágata Piernas

11/3/2018.